View more videos at: http://nbcmiami.com.

Por Mc Nelly Torres
Florida Center for Investigative Reporting

Kenneth Williams trabajaba de reparador y tenía una vara en su camioneta por si encontraba un buen lugar para pescar.

In English

Florida Leads Nation in Boating Deaths

Kenneth Williams y su hijo mayor Kenneth Jr. disfrutaban de la caza y pesca en la Florida. (Photo courtesy of the Williams family.)

Kenneth Williams y su hijo Kenneth Jr. disfrutaban de la caza y pesca en la Florida. (Foto cortesía de la familia Williams.)

El 20 de junio del 2011, Williams agarró la vara y, acompañado de su hijo mayor, Kenneth Jr., de 9 años, salió de su casa de tres habitaciones en Pompano Beach con destino a las azules aguas del Atlántico. Tenían pensado pescar en Hillsboro Inlet con uno de los amigos de Williams, David Goodrum.

Entonces, en algún momento después de las 9:30 p.m., hubo una tragedia. La embarcación de 15 pies de eslora de Williams, llamada Cobia, comenzó a hacer agua y a hundirse en las frías y oscuras aguas. Williams, su hijo y Goodrum se vieron obligados a lanzarse al mar.

Con los chalecos salvavidas puestos, Kenneth Jr. y Goodrum nadaron hacia la orilla, donde fueron rescatados. Pero Williams no estaba con ellos. El padre de 36 años no se había puesto el chaleco salvavidas y la fuerte corriente lo arrastró.

Kenneth Jr. llamó a su madre a eso de las 10 p.m. Papá se está ahogando, le dijo.

“Yo sabía que había muerto al momento de llegar”, dijo Johanna Williams. “No había forma de que hubiera podido sobrevivir las condiciones del mar”.

El cadáver de su esposo fue encontrado al día siguiente.

Williams fue una de las 67 personas que falleció en el agua en la Florida en el 2011, el año más reciente del que hay estadísticas, según un análisis del Florida Center for Investigative Reporting y el canal de televisión NBC6.

Durante año, debido en parte a las normas poco estrictas en materia de equipos de seguridad y capacitación, el Estado del Sol ha liderado el país en muertes y lesiones en embarcaciones. La Legislatura estatal no ha impuesto exigencias adicionales en materia de seguridad y capacitación, porque todos los años el sector de embarcaciones de la Florida, que mueve $10,300 billones al año, y los dueños de embarcaciones, han presionado a los legisladores para mantener las normas de seguridad en el mínimo.

“Desafortunadamente, más inocentes seguirán perdiendo la vida y sus familiares seguirán preguntándose por qué”, dijo Pamela Dillon, directora de Educación de la Asociación Nacional de Administradores Estatales de Leyes sobre Embarcaciones, una organización de Kentucky que defiende la capacitación en materia de seguridad en las embarcaciones. “Nuestros representantes electos son los únicos que pueden responder a esa pregunta”.

Pocas normas

Con 2,000 embarcaderos, 1,700 millas de ríos, más de 3 millones de acres de lagos y 8,000 millas de costas, la mayor de cualquier estado en el país, la Florida es el paraíso de las embarcaciones.

El estado tiene más embarcaciones inscritas que cualquier otro, casi 1 millón, incluidas casas flotantes, veleros, embarcaciones de alta gama, aerobotes, canoas y cayaks. Los cuatro principales condados en materia de embarcaciones de la Florida son Miami-Dade, Pinellas, Lee y Broward, sobre la base de embarcaciones inscritas.

Además, más de 300,000 embarcaciones no registradas surcan las aguas de la Florida, y según una encuesta del Servicio Guardacostas del 2011, 2.5 millones de núcleos familiares en el estado participan activamente en actividades vinculadas con embarcaciones.

El sector marítimo de la Florida es el mayor del país, que mueve $10,300 billones y tiene unos 83,000 empleados.

Pero todos los años decenas de personas perecen y cientos quedan lesionados en accidentes marítimos que pudieran haberse evitado si los usuarios hubiesen recibido capacitación de seguridad y usado equipamiento como los chalecos salvavidas.

En el 2011, el año más reciente del que hay información a la mano, 67 personas fallecieron en accidente de embarcaciones, un aumento de 24 por ciento desde el 2008, cuando las víctimas sumaron 54. Las lesiones también aumentaron 12 por ciento durante del mismo período, de 386 en el 2008 a 431 en el 2011.

En todo el país, 758 personas fallecieron y 3,081 sufrieron lesiones en accidentes de embarcaciones en el 2011.

Estos accidentes ocurran por varias razones, como falta de cuidado, excelso de velocidad, falta de experiencia y ebriedad. En el 2011, 32 de las 67 personas fallecidas por estas razones en la Florida cayeron al mar y se ahogaron. Más de tres cuartas partes de los ahogados no tenían puestos el chaleco salvavidas.

Según información estatal, los que más probabilidades tienen de fallecer en las aguas de la Florida son hombres de 35 años o mayores que no tienen puesto el chaleco salvavidas y no han recibido capacitación en seguridad marítima.

La mayoría de estas muertes se pueden evitar según Pamela Dillon, de la Asociación Nacional de Administradores Estatales de Leyes sobre Embarcaciones.

“Si se hace obligatorio usar el chaleco salvavidas, quizás algunos no entiendan las razones”, dijo Dillon. “Pero los educan, existe la posibilidad de cambiar ese comportamiento”.

La Florida sólo exige capacitación para los nacidos el 1 de enero de 1988 o después, una parte tan pequeña de los usuarios de embarcaciones que en la práctica no tiene mucha influencia.

Cinco estados –Connecticut, Alabama, Nueva Hampshire, Massachusetts y Nueva Jersey– y el Distrito de Columbia, exigen a todos los usuarios de embarcaciones tomar clases de seguridad. Otros tres estados –Washington, Virginia y Hawai– han aprobado leyes que al final exigirán que la mayoría de los operadores de embarcaciones aprueben cursos de capacitación de seguridad.

En la Florida y otras partes, las normas, como la exigencia de capacitación y equipos de seguridad, con frecuencia encuentran resistencia del sector, que tema que las normas adicionales desalienten la actividad, lo que pudiera costar empleos y actividad económica.

Michele Miller, directora ejecutiva de la Asociación de Industrias Marinas de la Florida, dijo que normas simples como exigir el uso del chaleco salvavidas para todos los que estén en embarcaciones recreativas pudiera disuadir a algunos a no participar.

“Son incómodos y causan mucho calor”, dijo Miller de los chalecos salvavidas.

Ningún estado exige que todas las personas que están en una embarcación tengan puesto el chaleco salvavidas en todo momento. Por ejemplo, Connecticut y Pennsylvania lo exigen sólo a los que están en embarcaciones pequeñas durante los meses en que el agua está muy fría.

Nadie disputa que el chaleco salvavidas es caluroso e incómodo, pero ningún estudio apoya la opinión de Miller y el sector marítimo de que exigir el uso de chalecos desalentará a la población a usar embarcaciones. Nadie del sector pudo ofrecer pruebas que apoyaran esa afirmación.

Sin embargo, un estudio de tres años del Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos en cuatro lagos en Mississippi sugirió que la alegación del sector es incorrecta. Durante el período que abarcó el estudio, a partir del 2009, se exigió a los que estaban en embarcaciones en esos cuatro lagos que usaran el chaleco salvavidas. La exigencia no resultó en que menos personas usaran embarcaciones en el lago ni afectó el comercio local. El número anual de accidentes en embarcaciones también se redujo en los lagos donde se exigía el chaleco salvavidas.

Influencia del sector

Charles Flaxman es un abogado de Hollywood que ha representado a víctimas de accidentes en embarcaciones durante 30 años y opina que el sector obstaculiza la aprobación de leyes de sentido común que protegerían a los usuarios de embarcaciones en la Florida.

“Desafortunadamente, al igual que con el tema de la regulación, todo tiene que ver con el cabildeo y el dinero”, dijo Flaxman. “Pero también son los políticos que quieren mantenerse en el poder y a la vez están bajo la influencia de los cabilderos, quienes tienden a inclinarse contra las normas”.

El apoyo a las alegaciones de Flaxman puede verse en como los funcionarios electos en Tallahassee han respondido a recomendaciones del Consejo Asesor de Actividades en Embarcaciones de la Florida, una junta integrada por 18 miembros y creada para analizar temas relacionados con el uso de embarcaciones y hacer recomendaciones a la Comisión de Conservación de Peces y Vida Salvaje de la Florida, la entidad estatal que fija las normas para las aguas floridanas.

Sobre la base de estadísticas que abarcaban varios años y que mostraban que la experiencia marítima por sí no reducía el riesgo de los accidentes en embarcaciones, el Consejo alentó a los legisladores estatales en el 2009 a aumentar la edad en que se debe exigir a las personas tomar cursos de capacitación de seguridad marítima.

“Nuestra propuesta fue aumentar la edad en tramos de cinco años cada año”, dijo el capitán Richard Moore, miembro de la Comisión e integrante del personal del Consejo. Según la ley en vigor, sólo las personas de 25 años menos deben tomar cursos de seguridad marítima para recibir la licencia que los faculta a navegar las aguas de la Florida.

Pero el sector marítimo de la Florida, activo políticamente y que ha donado casi medio millón de dólares a las campañas de legisladores estatales desde 1996, se opuso rápida y resueltamente a la recomendación.

El ex senador estatal Lee Constantine

El ex senador estatal Lee Constantine

El ex senador estatal Lee Constantine, republicano por Altamonte Springs, entonces presidente de la Comisión de Preservación y Conservación Ambiental, patrocinó un proyecto de ley que incluía la recomendación del Consejo de exigir la capacitación de más personas en seguridad marítima.

“No reuní los votos suficientes” dijo Constantine, que ahora es comisionado condal del Condado Seminole. “No digo que era lo correcto, lo que quiero decir es que no se pudo aprobar”.

A partir de 1999, los sectores marítimo y de embarcaciones habían entregado $5,100 en contribuciones de campaña a la comisión de Constantine, que eliminó la cláusula que hubiera exigido a más personas tomar los cursos de seguridad.

El ex senador estatal Carey Baker, republicano por Eustis, y en ese momento presidente de la Comisión de Asignaciones Presupuestarias Generales del Gobierno, copatrocinó el proyecto de ley con Constantine. Baker dijo que el sector de las embarcaciones no influyó sobre su voto porque la propuesta se enmendó antes de que llegara a su comisión. Baker había recibido contribuciones de varios grupos de interés del sector por un valor de $3,000 desde el 2005.

“Hay mil razones por las que un proyecto de ley se enmienda o no se aprueba”, dijo Baker, que ahora es evaluador de propiedades en el Condado Lake.

Castellanos

Osmany Castellanos

A finales del período de sesiones del 2009 y sin mucho aviso, el debilitado proyecto que llegó a conocerse como la Ley Osmany “Ozzie”Castellanos de Educación en Seguridad Marítima, el nombre de un salvavidas de 23 años de Miami que falleció el 8 de julio del 2007 después de ser lanzado de una embarcación de 27 pies que llevaba 12 personas. Castellanos no llevaba puesto el chaleco salvavidas.

Isabel Castellanos, la madre del joven, se sintió decepcionada de que un proyecto de ley que llevaba el nombre de su hijo hiciera tan poco por mejorar la seguridad de los usuarios de embarcaciones en la Florida.

“No quedé satisfecha con lo que aprobó la Legislatura”, dijo Castellanos, quien no fue invitada a hablar con los legisladores en Tallahassee. “Hubiese querido que fuera más estricta”.

Como la ley en vigor sólo exige a los usuarios nacidos el 1 de enero de 1988 o después que tomen cursos de seguridad, tendrá que pasar por lo menos otro decenio antes de que la ley abarque a la mayoría de los usuarios de embarcaciones del estado, que por lo general tienen entre los 30 y los 40 años.

“Si las leyes estatales no exigen que esas personas se capaciten, entonces se pierde el objetivo”, dijo Jeffrey N. Hoedt, director de la División de Seguridad Marítima del Servicio Guardacostas. “No se logra llegar a las personas que más necesitan esa educación”.

Después del accidente

Sentada en un sofá de cuero en su casa junto a una foto de Kenneth Williams, a Johanna Williams no le gusta recordar qué salió mal la noche que su esposo de 11 años se ahogó frente a las costas de Pompano Beach.

Johanna Williams contempla un retrato de familia que incluía a su difunto esposo Kenneth. (Photo by Mc Nelly Torres.)

Johanna Williams comtempla una foto de la familia que incluía a su difunto esposo Kenneth. (Photo by Mc Nelly Torres.)

“Trato de no hablar de lo que sucedió. Eso no los ayuda”, dijo, refiriéndose a sus hijos. Entonces hizo una pausa. “Y tampoco me hace bien a mí”.

Kenneth tenía un chaleco salvavidas en la embarcación, pero nunca se lo ponía. Tampoco tomó ningún curso de seguridad. En ese sentido, era el usuario típico de embarcaciones de la Florida, según información del gobierno.

Williams, de 36 años, es gerente de oficina de un médico en Hollywood y cría a sus dos hijos, Kenneth Jr., que ahora tiene 11 años, y Vicente, de 9, como madre soltera. Williams admite que su esposo podría haber sobrevivido el accidente del 20 de junio del 2011 si hubiese tenido puesto el chaleco salvavidas.

“La gente necesita respetar el mar y comprender lo que están haciendo para mantener la seguridad”, dijo Williams. “El chaleco salvavidas está ahí por una razón”.